lunes, 28 de enero de 2008

La Tinta, el Tintero y... el Fenix

Estos días, los fantasmas del miedo, de la incomprensión, de la desidia me han acosando. Desde cada rincón, podía oír sus secas carcajadas, señalando con huesudos dedos de envidia y lanzando abominables acusaciones. Cuando sonaba el despertador, notaba su sombra girar a mi alrededor, y al acostarme se deslizaban bajo las sábanas para punzarme con oscuros secretos que hace tiempo conseguí olvidar.

Las viejas heridas volvieron a abrirse, destilando una inquina cuyo sabor de boca me atormentaba hora tras hora. Todos los amores imposibles, todos los insultos, las amistades perdidas, las fatalidades se apelmazaban sobre mi conciencia levantando un muro para mi propio destierro.

Confieso que he estado a punto de sucumbir, de nuevo. La culpabilidad fue mi guía en este desolado paisaje; orientando mis pasos desde un oscuro rincón de mi alma a otro; exponiendo con lúgubre frialdad todos mis fallos y errores.

Pero un día, al recoger todos los trastos de mi habitación, encontré una vieja estilográfica que me regalaron hace unos cuantos años. Quité el polvo de la tapa, y abriéndola con mucho cuidado; pude comprobar que aún mantenía ese extraño poder sobre mí. Entonces, susurró: "Siempre te gustó dejar volar tu imaginación... ¿por qué ya no juegas?". Y mi respuesta fue volver a poner mi vieja pluma lista de nuevo para que me ayudase a encerrar a todos esos despiadados espíritus.

De vez en cuando, al apagarse las luces, me encuentro a mi mismo sentado en la cama... y lágrimas de tinta se deslizan por mis mejillas, sin saber muy bien por qué...

Hoy, el sol vuelve a brillar. Pero hace un frío del carajo...

miércoles, 16 de enero de 2008

La Tinta, el Tintero y... el Miedo

Estúpido humano...

¿Crees que eres dueño de tu vida?, ¿crees que tus sentimientos le importan a alguien? No eres libre, jamás lo ha sido y jamás lo serás.

Puedes definirlo como quieras, democracia, comunismo, dictadura, república, monarquía,... me da lo mismo, YO estoy presente en cada una de ellas, pues soy YO quien las controla.

¿Crees, de verdad, que tus sentimientos te pertenecen? No me hagas reír, resultas patético. Tus sentimientos vienen impuestos porque YO quiero; siguiendo esquemas perfectamente definidos y establecidos.

¿Crees que piensas libremente? YO escribo tus ideas; a través de las revistas que lees, de la música que oyes, del cine, la televisión, la radio... no son más que meros resortes que YO activo y desactivo a placer.

¿Te crees que eres independiente? Tus penosas ideas han sido concebidas mucho antes de que tú o cualquier otro hubiera nacido.

¿De verdad crees que lo haces merece la pena? Todo, todo, absolutamente todo lo que haces, tu triste trabajo, tus penosas relaciones, tus sombrías pertenencias, las he diseñado YO; y son tuyas porque YO te lo permito. Hagas lo que hagas, siempre juegas a mi favor.

¿Quieres saber quién soy YO? Siempre lo has sabido, no me etiquetes con palabras que yo mismo he escrito. No soy ningún dios, no necesito serlo; YO los cree para vosotros.

Me divierto observando como os destrozáis por nimiedades. Me río cada vez que uno de vosotros mata a otro por un trozo de una tierra la cual no le pertenece - y nunca le ha pertenecido -. Cada vez que os intentáis controlar a través de vuestros líderes, esbozo una sonrisa de macabro placer; pues ellos no son más que meras marionetas al igual que vosotros.

No necesito presentación, nunca la he necesitado.

¿Realmente quieres saber quién soy YO?

Soy… tu reflejo en el espejo

lunes, 14 de enero de 2008

La Tinta, El Tintero y... el Paso en Falso (II)

Atención: Relato Corto.

El sonido se fue apagando mientras corría por los silenciosos pasillos, e Irene realizó un último esfuerzo para orientarse dentro de que aquellos laberínticos pasillos, y localizar la procedencia de aquel llanto. Su propia respiración, casi ahogada, y el bombeo constante de sus sienes, le obligaron a detenerse.

El sudor recorría su frente, introduciéndose en sus ojos, provocando un escozor que le impedía ver con claridad. Su respiración retumbaba en los oídos cuando volvió a escuchar aquella voz, pero esta vez parecía proceder de una habitación cercana a donde ella se encontraba.

Encañonó directamente a la puerta, las astillas saltaron por los aires cuando las viejas bisagras cedieron ante la fuerza de la patada lanzada contra el portón. El juego de luces y contraluces producido por la linterna no desveló absolutamente nada, pues la nube de polvo generada al caer la puerta era demasiado espesa.

Armándose de valor, cruzo el umbral buscando de manera más sistemática. La habitación, como tantas otras, un par de muebles carcomidos por el tiempo se esparcían por la sala, mientras que el resto estaba cubierto por el polvo, las telarañas... y el tiempo. Tras unos instantes, percibió algo inusual... una serie de marcas en el suelo, donde el polvo delató las huellas de unas botas que se alejaban en dirección a lo que parecía una segunda puerta. Se acercó con cautela, giró el pomo y la puerta gimió sin demasiado ánimo.

Un cuerpo yacía inerte, tumbado bocabajo, sus manos aferraban un fusil de asalto, de las mismas características que el revólver de Irene, se acercó al cuerpo, y comenzó a darle la vuelta. Al verle la expresión de su cara no pudo reprimir un grito de terror, sus facciones, aunque reconocibles, mostraban una expresión desencajada de puro terror, los dientes, astillados completamente por la presión de su mandíbula mostraban restos de lo que parecía ser su propia lengua; los ojos a punto de salir de sus propias órbitas mostraban restos de lágrimas de sangre que recorrían todo el contorno de aquella desfigurada cara, mientras que el resto del cuerpo mantenía una postura y tensión aberrantes.

Reprimiendo el vómito que le subía por la garganta y las lágrimas pugnaban por salir, pudo reconocer al amigo que una vez estuvo a su lado. Gracias a sus aficiones, pudo obtener la réplica que ahora llevaba en sus manos. Al presentarse voluntario para ir en busca de su hermano pequeño, pensó que todo se solucionaría rápido; pero cuando volvió a la casa rural pálido y recogió su equipo a toda prisa para adentrarse de nuevo en aquella extraña mansión, supo que algo no marchaba bien... pero jamás pensó que acabaría de ese modo.

Toda la presión acumulada se abalanzó sobre ella... y lloró como nunca lo había hecho.

Aún con las lágrimas resbalando por sus mejillas, se incorporó lentamente, recogió la linterna y el revolver. No pudo ni tan siquiera acercarse para darle un último adiós, no en esas condiciones. De repente, percibió que no se aferraba sólo al fusil, en su otra mano sostenía un pequeño verdugo de lana, como el que llevaba puesto su hermano antes de desaparecer...

Continuará

PS: Dedicado a Amparo y a José Luís - por ese orden, sí siempre -, que me formuló la pregunta: ¿Acaso el protagonista no es una mujer? E inmediatamente me hizo comprender el error que estaba cometiendo.

Por cierto, gran descuido mío. Agradecimientos a Eduard, quien me ayudó en la elección del nombre de la protagonista.

martes, 8 de enero de 2008

La Tinta, El Tintero y... el Cruce de Miradas

Hoy he vuelto al trabajo después de unos cuantos días de vacaciones navideñas, como es costumbre, regalos, felicitaciones, descansar y hacer el oso por casa han sido las pautas a seguir. Nada en especial.

Cuando he montando en el saturado metro, me he dado cuenta de algo - a mi parecer. - bastante curioso; y es el cruce de miradas con gente completamente desconocida. Supongo que no soy el único que tiene esa sensación. Sostienes la mirada uno o dos segundos, miras en otra dirección... y piensas...

- ¿En qué estará pensando? ¿Cómo se llama? ¿Por qué se habrá vestido de esa manera? -

Muchas veces, te das cuenta de ciertos aspectos, en especial cuando una persona es más agresiva, más afable, si esta aburrida o ensimismada...

Por supuesto, todo esto no son más que conjeturas, pero me resulta bastante curioso que en este mundo en el que todos estamos tan cerca - pero a la vez tan lejos. - no seamos capaces de quitarnos esa estúpida máscara de indiferencia ante todo lo que nos rodea. Aunque eso sí, luego nos escandalicemos por cualquier niñería... mientras que en nuestra intimidad seamos los seres más "podriditos" que nos podamos imaginar. - Cierto es, que no tiene porque ser realmente malo, si como mínimo conservamos algo que se perdió hace mucho... el respeto. -

Bueno, me estoy desviando del tema... En ciertas ocasiones, las miradas se vuelven a cruzan, y de nuevo más preguntas se lanzan al abordaje...
- ¿Qué es lo que le hará reír o llorar? ¿De qué tendrá miedo? ¿Cuales son sus expectativas? ¿Cómo será su forma de ser? -

Existen infinidad de preguntas, para intentar definir ese breve momento en el que dos miradas se cruzan... pero siempre me queda ese regusto en el paladar de mi conciencia que me susurra al oído... "¿Que pasaría si...?".

Un saludo, y por supuesto, feliz entrada de año y que los reyes os hayan obsequiado con muchos presentes.