Cada día, el mundo
está más desequilibrado.
Para no perder el
compás, podría dar mi opinión sobre la situación actual. Sobre
como las personas tan sólo poseen fuerza para hablar y, en la
hora de la verdad, se escudan en palabras como Obligación, Responsabilidad, Madurez, Juicio y un sin fin más
con tal de justificar una vida que sugiere ser igual que la de los demás.
Resulta que ya no
vale la pena luchar. Ni contra la corriente ni contra nada más. Si
la realidad nos da en toda la frente, nos ponemos a llorar hechos un
ovillo gritando desconsolados y preguntándonos por qué tanta
crueldad.
¿Acaso hiciste
algo más que planificar tu vida según un modelo cuadriculado? ¿De
verdad pretendes convencerme de que ahí fuera no hay nada más? ¿Que
tan sólo unos privilegiados poseen la capacidad de moldear sus
sueños a voluntad? Si es así, entonces será mejor que ni pienses
en ello. Sonríele tú a la monotonía, que yo no puedo. Si pregunta
por mi, dile que no estoy, que estoy ocupado o, mejor aún, dile que
me he suicidado.
Porque prefiero
mostrarle los dientes al mundo entero, antes que dejarme ahorcar por
conseguir una mirada complacida de los Señores del Dinero.
¿Te levantas
pronto? Como muchos otros. ¿Tu vida es lo más parecida a una genial
y divertida rueda para hámster? No me digas que nada se puede
cambiar. Los males de muchos son el consuelo perfecto para los no
tienen remedio.
Mírate por una vez
en el espejo. Preguntate a ti mismo si alguna vez has estado
convencido. Si la respuesta es que sí, que cada uno continúe con su
camino. Si es que no, reserva tus lágrimas para otro momento.
Y antes de dar la
última cabriola os contaré un secreto: más nos valdría a todos
aplicarnos el cuento.
2 comentarios:
Siempre que abro el blog y entro al escritorio busco tus entradas nuevas, me encantan tus narraciones.
Me encantó. Saludos.
¡Muchas gracias Pilar! =D
Me alegra ver que lo que escribo gusta. A lo mejor me he equivocado de profesión y debería de encauzar mi vida por otros senderos... Quien sabe.
¡Saludos!
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