Cierra los ojos. Cuenta hasta diez, mientras lleno con aceite el candil que apenas sí puede iluminar mis sueños. Atrapado vivo entre sueños, viejos y decrépitos unos, incapaz de recordar el resto. Y con esta he perdido la cuenta de las veces que te he amado y olvidado en silencio. De las veces que me he perdido sin encontrar el camino de regreso. Por no tener remordimientos. Sin remedio, ando con calma y pierdo el rastro que antaño me llevaba hasta tu cuerpo.
He preferido ignorar los sabios consejos que me dio el Lobo del cuento y acabé en la cama de tantas Caperucitas, que no tengo muy claro cual de ellas me robó el alma.
El camino de vuelta a casa hace tiempo que lo he olvidado, pero a estas alturas de la historia poco importa, pues lo último que me falta por ver son a los Gigantes, transformados en Molinos, ganándose la vida moliendo cada uno de tus besos.
2 comentarios:
A veces el amor causa locura, pero esa locua es la más hermosa que podamos imaginar y solamente tenemos que aprovecharla
Un abrazo
Cierto, muchos sentimientos causan locura, el amor entre ellos.
Aunque no todos los amores que producen locura son buenos...
Un abrazo.
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