lunes, 15 de octubre de 2012

La Tinta, el Tintero y... el Escenario

Pestañeo y me encuentro a Octubre llamando a la puerta. ¡Vaya! ¿Tanto tiempo ha pasado? Una manera muy curiosa de presentarse el Otoño, la verdad. Un poco más y me pilla aún con la toalla y el bañador puesto.

Los cambios de estación tienen un hueco reservado para algún que otro cambio. En mi caso, no haré una excepción. Reconozco haber estado un poco encerrado en mi mismo. Sin llegar a ser del todo malo ni del todo bueno, he rumiado planes nuevos, redibujado antiguos y mezclado (no agitado) algunas ideas en mi cabeza de chorlito.

El (maldito) día a día consume gran parte de mi tiempo y mis movimientos están limitados por las agujas de un reloj que actúa como un cepo. Cuando quiero darme cuenta, muchos de mis perfectos planes se han ido al traste. Algunos se han quedado olvidados en un cajón y otros han huido al notar que el barco se hunde.

Sin embargo, rendirme no es una opción. No seré tan bueno ni tendré la facilidad para seguir hacia adelante con mis sueños como tantos otros, pero aquí estoy ofreciendo todo lo que puedo: sonrisas que no llevan a ninguna parte. Largos silencios con mis pensamientos trabajando de puertas adentro y miradas que se pierden en busca de sombras que arrastra el viento.