miércoles, 30 de abril de 2008

La Tinta, el Tintero y... la Carta

Necesito preguntarte algo. Únicamente te robaré un momento...

- ¿Alguna vez estuviste enamorada de mí?
- No.

Todo encaja, la soga, que antes apretaba, en ese preciso momento ahoga. En el fondo, donde el último bastión de la esperanza brillaba, el soplo de la duda ha vencido. ¿Por qué he sido tan sumamente estúpido? ¿Por qué he creído que la basura que llaman amor puede prevalecer?

Los recuerdos son ceniza, se agolpan en mi paladar y os aseguro que tiene un sabor agridulce. He tardado en comprenderlo, he intentado resistir todo lo que he podido. Pero al final del camino puedo asegurar que sólo reina el vacío, el miedo, el dolor, la angustia...

'La vida es una heladería, y estas invitado a probar todos lo sabores'. Creo que soy el único gilipollas que ha sido capaz de atracarme con el amargo y el salado en un lugar donde es imposible... o eso creía.

Siempre he sido así, no tengo remedio... ni lo quiero tener. Me niego a ser el último malo que queda en pie, el único imbécil que aún cree en el amor. Y en cambio, la soga sigue ahogando... sin compasión.

Demasiadas esperanzas gastadas, - ¿Por qué estas escribiendo esto? - me susurra una voz, - ¿por qué, maldito imbécil, conservaste sus recuerdos? - A lo primero he de responder que es mi vía de escape, la forma que tengo de confesar mis estúpidas añoranzas, y porqué jamás lo leerá, se acabó, no hay marcha atrás. A lo segundo, no tengo respuesta.

Nunca la he tenido, y nunca la tendré. Creo que esta noche la pasaré, como tantas otras, con la Tinta al Cuello...

El resto de la historia creo que la guardaré junto a sus cartas y sus fotos, para recordarme a mi mismo los errores que cometí, para que nunca se vuelvan a repetir... no creo que tenga fuerzas para soportarlo de nuevo.

Nunca las he tenido, y nunca las tendré.

lunes, 28 de abril de 2008

La Tinta, el Tintero y... el Pesar

Necesito robarle tiempo al tiempo.

Últimamente no he podido ni pensar en mí, y lo siento mucho, pero tampoco en ti. Perdóname por no presentarme cuando me invitaste a salir, no sé como sucedió pero me perdí entre calles, bares, y el humo de labios arrogantes. Simplemente quiero que la rueda vuelva a girar.

¿Te crees que me gusta estar así? No digas bobadas, si cuando clavo en tus pupilas mi mirada no puedo parar de soñar. Pero esta vez el corazón hecho a volar, sin mirar atrás, sin despedirse de mí, sin dejar una dirección donde le pueda localizar.

Estoy tan cansado que no me apetece jugar, aún por mucho que te enfades sólo por esta vez necesito que lo dejes pasar. Es una mala racha, nada más. En cuanto tenga tiempo sabes de sobra que volveremos a bailar, a reír y a llorar, a perseguirnos por cada rincón de esta laberíntica ciudad.

Maldita casualidad repetida, ¿te acuerdas cuando eras tú la que no podía más? Yo hablaba sin parar hasta que se te caía una sonrisa, o una lágrima... bueno qué más da. Lo que si recuerdo eran aquellas tardes de lluvia, abrazos en el sofá mientras escuchábamos a las nubes gritar. Tú te quedabas dormida y yo no paraba de pensar.

¿Que si algún día todo volverá a ser igual? Claro, tienes mi número... ya sabes donde me puedes encontrar.

lunes, 21 de abril de 2008

La Tinta, el Tintero y... la Foto

Desde hace algún tiempo, una pesadilla se repite una y otra vez. Me atormenta, me inquieta, me desespera, me fascina...

Una tierra misteriosa me rodea, no consigo distinguir nada, formas amorfas se apelotonan, formando extraños complejos de ángulos agresivos, de colores singulares. Se superponen, se pisan, algunos incluso lloran. Muchos de ellos poseen ojos sorprendentes, en donde puedes reflejarte si te colocas delante; incluso, al entrar, todo esta cerrado, nada se muestra, todo son secretos, información clasificada que nadie puede leer ni ver.

Estos conglomerados se extienden durante kilómetros y kilómetros, llenando todo el espacio posible. Aplastando toda forma de vida a su paso. Al moverme por este paraje, me fijo en que la poca vida que no ha sido aniquilada, se conserva en urnas, en cajas, en parques... como si fueran pequeñas pirámides construidas para los faraones que reinaron hace ya largo tiempo.

De repente, todo se puebla de exóticos seres, parece que se mueven sin sentido, van y vienen, cada uno con su propia forma de caminar, de comunicarse. Lo gracioso es que aunque parecen iguales, cada uno es capaz de retorcer el espacio a su antojo. Muy poco se salvan, y únicamente buscan su propio placer, embotellado, etiquetado y expedido a un precio único en el mercado. Intento hablar, pero parece que no tienen tiempo, solo son ellos y para ellos. Creo que intentan auto justificarse por algo que no va nada bien. Soy incapaz de entenderles.

Cuando se cansan de mi presencia, huyen, me esquivan, y otros me insultan, me agreden. Me muevo con cautela, sin hacer mucho ruido; no me gusta estar aquí. Intento correr, pero no sé que dirección tomar. Todo se abalanza sobre mí, me agobia y necesito respirar.

Entonces apareces tú, te miro y te pierdo en este tétrico lugar. Vuelves a aparecer, me sonríes y te vas. Me falta el aire. Te sigo buscando, algo me dice que sabes cómo salir de aquí; sigo sin descanso durante horas y horas, hasta que ya no puedo más. Entonces, veo que tu falda se aleja y yo no lo puedo evitar.

Tan agotado estoy que me tumbo en cualquier lugar, y cuando consigo dormir, me vuelvo a despertar. Miro a mi alrededor y una tierra misteriosa me rodea... no consigo distinguir nada...

Desde hace algún tiempo, una pesadilla se repite una y otra vez... algunos le llaman vida, y otros le llaman vivir.

sábado, 19 de abril de 2008

La Tinta, el Tintero y... el Meme

Nohema Rios., me ha dejado un regalo en forma de "lazo", el cual me ha hecho muchísima ilusión. De nuevo te tengo que dar las gracias. :)

Pero no sólo me ha dejado su lazo, si no también un "meme", el cual acepto encantado. Espero que esto sirva para que nos conozcamos un poquito mejor. :)

===============================================

Ocho cosas que me apasionan:
* Leer un libro, de cualquier género.
* Ver una película de terror/miedo/misterio.
* Reírme con un buen chiste.
* Quejarme por todo. :P
* Fotografiar paisajes, da lo mismo cuales.
* Escuchar música, especialmente la instrumental.
* El sonido de las tormentas, y el olor a ozono que impregna el ambiente.
* Y por supuesto, escribir.

Ocho cosas que quiero hacer antes de morir:

* Seguir viviendo. Todo lo que pueda... que parece mentira, pero con el ritmo que llevamos resulta bastante difícil.
* Ser padre.
* Viajar más a menudo.
* No parar de reír.
* Seguir disfrutando como si fuera un niño.
* No parar de escribir.
* Escuchar un "Te quiero" sincero.
* Seguir siendo yo mismo, pase lo que pase.

Ocho palabras que digo a menudo

* No me jodas.
* ¿Tú crees?
* ¿Estas seguro?
* Tengo ganas de...
* No estoy de acuerdo.
* ¿Y si... ?
* No me parece una buena idea.
* Pienso que es mejor así.

Ocho libros que he leído últimamente:

* Los Gusanos de la Tierra.
* El Juego de Ender.
* La Voz de los Muertos.
* Ender el Xenocida.
* Hijos de la Mente.
* Cuentos de los Mitos de Cthulhu - Los Orígenes.
* Cuentos de los Mitos de Cthulhu - El Legado.
* La Sombra de Ender.

Ocho canciones que oigo una y otra vez:

Esta parte me resulta muy difícil, porque canciones concretas no suelo escuchar. Más bien, discos enteros de compositores como Hans Zimmer, Steve Jablonsky, Vanessa Mae, Basil Poledouris, etc... Con lo cual no podría decir qué ocho canciones escucho más a menudo. Si queréis pongo los Discos.

* Batmans Begins
* Transformers The Score
* The Violin Player
* El Señor de los Anillos, en sus tres partes.
* Gladiator
* Marea Roja
* Conan, El Bárbaro
* La Roca
* Y muchos, muchos más.

Ocho cosas que me encantan de mis amigos:

* Su sinceridad.
* Sus ganas de seguir adelante.
* Su paciencia.
* Sus palabras de ánimo.
* Su manera de ver el mundo.
* Su forma de criticar.
* Su humor.
* Su apoyo permanente.


===============================================

Este 'meme' lo lanzo a todo aquel que quiera realizarlo. Es divertido, y te obliga a pensar sobre cosas que normalmente no les das demasiada importancia.

Todos estáis invitados.

martes, 15 de abril de 2008

La Tinta, el Tintero y... el Espejo

Bueno, aquí estamos de nuevo, frente a la ventana, evitando contestar tus llamadas. Estoy cansado de jugar contigo al perro y al gato, de perder siempre, de no tenerte a mi lado.

No quiero seguir atrapado en esta guerra de trincheras, donde el único capitán son tus caderas; que me gritan una y otra vez al asalto y retirada mientras me bombardeas con tus problemas; sin darme si quiera un maldito día de tregua. Estúpido laberinto, sin salida y sin sentido, de quejas, llantos, risas y delirios.

El teléfono sonando sin descanso. Cada vez que nos vemos, jugamos a la ruleta rusa, ¿me tocará hoy? ¿Podré seguir un día más? El tambor gira, se cierra el percutor y todo vuelve a empezar. *Click* Recamara vacía, y tu sonrisa detrás sin darme tiempo a respirar.

No te creas que únicamente tú tienes ganas de gritar, aquí todos tenemos un fantasma que deseamos derribar. Lo que me pregunto es, por qué soy yo el que debe luchar también con el tuyo. Supongo que será para que te enjuagues la conciencia y puedas seguir sin mirar atrás.

Pues claro que no quiero contestar, ¿para qué? Por una maldita vez quiero descansar, de su perfume, de su risa, de su mirar... del sonido de tus tacones cada vez que me ven llegar. Me voy a tumbar en el sofá para 'hacer la croqueta'; aún recuerdo cuando te reías sin parar...

Pero esta vez, voy a prepárame para algo especial, una ducha, una ensalada para cenar... y dejaré la tinta volar, sentado frente a mi ordenador, te contaré historias increíbles, historias tristes que te hagan suspirar, y tal vez, historias alegres aunque no te lo puedo asegurar. Voy a conectar la música y... como no, el teléfono no para de llorar...

- Hola... estaba pensando. Sí, yo también te he echado de menos... -

Y el sol vuelve a brillar.

martes, 8 de abril de 2008

La Tinta, el Tintero y... el Papel

Siento que nos hayamos tenido que encontrar esperando en la barra de este bar. Pero en esta ocasión, no te quería esperar, ni en tu casa, ni en la mía ni en cualquier otro lugar. Para empezar, estoy cansado de perseguirte sin parar, de soportar mis excusas para no salir a bailar. No quiero que me detalles los encuentros con tus amantes, cuando soy yo el único que aguanta tus desplantes.

¿Sabes lo que cuesta seguir soñando? No te puedes hacer una idea, puesto que tú lo tienes todo al alcance. Siempre me pregunté en quien piensas al despuntar el alba; mientras sigues abrazada a él, entre sábanas empapadas. Yo soy incapaz, lo confieso, de pensar en otro lugar; demasiadas mañanas despertando en soledad. ¿Y tú no tienes nada que contar? Parecemos dos desconocidos, que intentan recuperar el tiempo perdido. Tiempo que juega con nosotros a las escondidas, mientras hurgo en mi chaqueta en busca de la noche perfecta. Tranquila si te tienes que ir, pero antes de cruzar la puerta, no se te olvide sonreír.

Últimamente estoy de mala gana, y me canso de escribir, tanto me cuesta, que muchos días no me apetece ni reír. Bueno, ya se marchó, a la caza y captura de otro nombre para su lista, y yo, de nuevo, aquí solo, anotando sentimientos en mi cuaderno usado, rodeado por el humo del tabaco, café quemado y tortilla de patatas de segunda mano. La gente viene y se va, y el camarero me observa esperando a... ¿te fuiste sin pagar? Esta te la guardo, ya verás.

Entre el gentío, observo su mirar, la de una mujer que no aparte su vista de mí, aún con todo mi pesar... me doy cuenta de que no es a mí a quien mira, no estoy seguro pero creo que me señala mientras se confiesa a su compañera. Una última mirada, pagan, la miro y se va.

¿Escuchas eso? Las nubes cierran sobre mi corazón, pero esta vez, te haré caso, y perseguiré a la tormenta... simplemente, para tener algo que contar.

martes, 1 de abril de 2008

La Tinta, el Tintero y... el Giro

Atención: Relato Corto.

Intentaré relatar lo mejor que pueda los sucesos de aquella sofocante noche de verano. Los medios de comunicación ahogaron la noticia con titulares como 'Histeria colectiva acaba con la vida de decenas jóvenes. Otros hospitalizados con graves signos de sobredosis'. Nada más lejos de la realidad. Siempre he creído que las historias sobre sucesos paranormales, en donde fantasmas, seres mitológicos y ritos antiguos, se conjugaban para formar una atmósfera de increíble fantasía, miedo y curiosidad por lo desconocido.

Pero lo que ocurrió en aquel edificio abandonado del centro de Madrid, supera cualquier relato del escritor más excéntrico... me encontraba en mi casa, leyendo, después de una agradable ducha, había discutido hace poco con una amiga, y no me apetecía otra cosa que relajarme para evitar pensar demasiado en ella.

Al cabo de una hora, llamó un amigo con una sugerente propuesta, una fiesta en una casa de 'okupas', a la cual le invitaron unos compañeros de la facultad. Sinceramente, me costó poco decidirme, y nada más colgar comencé a prepárame. A media tarde, toda la cuadrilla de amigos nos encontrábamos dispuestos, y abriendo boca, en un bar de la capital. No paso mucho, cuando encaminamos nuestros pasos a la tan desea fiesta.

Del tiempo que estuvimos allí, poco contaré. Todo sucedió con relativa normalidad, bebida, drogas blandas, y no tan blandas iban y venían sin ningún tipo de control. Algunos, ya bastante afectados, se distribuían por varias plantas. Nuestro grupo se dispersó con facilidad, y yo mismo me encontré charlando con una chica de pelo azabache, carita de ángel, cuerpo de infinitas curvas y ojos de una oscuridad penetrante. Mientras nuestra conversación derivaba a asuntos 'más personales', fuimos interrumpidos por una amiga suya. 'No te lo puedes perder...' fue todo lo que dijo, y agarrándome de la mano, me llevó junto a ella, mientras la amiga abría la marcha.

Descendimos dos pisos, sorteando a la gente tan bien como pudimos, al cabo de poco tiempo nos encontramos en el sótano del edificio, en donde reunidas un grupo de personas estaban reunidas en torno a lo que parecía un altar. Debido a la escasa iluminación del lugar, no sabría describir con exactitud aquella piedra maldita. A primera vista, daba la sensación de haber sido expuesta al calor de una llama, pues sus contornos estaban ennegrecidos. Os preguntareis, qué forma tenía, pero ni yo mismo estoy seguro; tenía la impresión de ser los restos de una antigua columna, pero ninguna cuya geometría se ajustase a lo que consideramos 'normal', en su contorno, extraños grabados recorrían toda su extensión. Figuras amorfas, desequilibradas, aberrantes sugerían una demencial danza alrededor de algo que no me atrevo a nombrar.

Aunque, lo más impresionante era su color, a pesar de estar tallado en piedra, parecía cobrar vida por momentos, cuánto más fijabas la vista en aquella sacrílega roca, más tenias la impresión de que las bestias de los grabados cobraban vida...

- Que pasada, ¿no? - comentó, Isabel mientras apretaba con fuerza mi mano. - La encontraron hace un par de días. Dicen que no había nada en el sótano... y de repente, apareció de la nada. -

- Bastante curioso, sí. -

- Vamos a acércanos un poco más. -


A cada paso que dábamos en dirección a la roca, una sensación de opresión crecía en mi pecho, y las amorfas figuras sugerían formas aún más enloquecedoras, si cabe. Sentí que ella apretaba más fuerte mi mano y, llegado un punto, se negó a avanzar. Mi corazón palpitaba de tal manera, que lo único que oía era su rítmico sonido. Pero al fijarme, me di cuenta en algo absolutamente desquiciante... la propia piedra parecía rezumar un extraño liquido, y todo el sótano se inundó con un penetrante olor. En un principio, tan dulce, que resultaba molesto pero cuando uno de los asistentes se acercó para comprobarlo, la misma piedra reaccionó, y el ambiente dulzón se transformó en uno de absoluta putrefacción.

- Marchémonos, por favor. - Oí el susurro desesperado de Isabel.

Pero no conseguíamos apartar la vista, hipnotizados como estábamos, ante la nauseabunda visión de los grabados que paralizaba cualquier movimiento. Conseguí girar un poco la vista, y pude ver como la cara de Isabel reflejaba una palidez cenicienta, como si toda la sangre del cuerpo la hubiera abandonado, mientras tiritaba de puro terror. Entonces, me percaté... los ángulos de la habitación... dios quiera no tener que volver a recordar aquella visión. Pues, se combaban y convergían con una sutileza demencial, no tengo el valor para volver a describir aquella sensación.

En un momento, el cual no recuerdo bien, todo a mi alrededor se convirtió en una vorágine de locura y desesperación, cuando del altar surgió lo que parecía una masa carente de toda forma, grotesca, provocando un sonido que soy incapaz de evocar con claridad, pues consistía en una mezcla de cientos de miles de lunáticas risas unidas a una cacofonía de ancestral desesperación. Sin tiempo a pensar, me lancé a la carrera escaleras arriba, mientras en mis oídos resonaban los gritos de histeria, las risas nerviosas, los llantos desesperados... escenas de terror, de pánico... todo tan confuso... y al final, una vorágine de caos, locura y violencia. Algunos se lanzaban por las ventanas, otros comenzaban a golpear hasta la muerte a desconocidos, muchos de ellos se quedaron quietos, acurrucados, balbuceando palabras y risas desquiciantes...

Y yo corría, aferrado y tirando de la mano de Isabel, el miedo es un gran aliciente... os lo puedo asegurar. Corrí tanto como pude, no estoy muy seguro de cuanto tiempo estuve, pero sólo me detuve cuando mis pulmones ardían y se negaban a continuar respirando. Únicamente recuerdo los gritos de puro pánico que se diluían en la distancia.

Cuando por fin recuperé el aliento, pude mirar a Isabel blanca como la nieve, con la mirada perdida, susurraba una y otra vez palabras sin sentido cerrando su monótono rezo con una risa apagada que helaba la sangre. Jamás se recuperó, dos días más tarde, se quitaba la vida arrojándose a las vías del metro. Los pocos amigos que consiguieron sobrevivir a aquella terrible experiencia corrieron la misma suerte, poco he de añadir salvo mi profunda tristeza... y desesperación.

Y en cuanto a mí, he conseguido que los psiquiatras me dejen en paz durante un tiempo; pero las pesadillas me persiguen cada noche, y no tengo fuerzas para continuar; tal vez, sea mejor para todos que me una a los habitantes de aquel edificio maldito... para evitar de este modo, que las gentes corrientes puedan llegar a conocer los horrores ocultos por el tiempo, perdidos en los eones de la inmensidad, cuya maldad y perfidia esperan a que cualquier insensato les abra las puertas a nuestro patético mundo...

-------------------------------------------------
Dedicado en memoria de H.P Lovecraft.
------------------------------------------------