martes, 12 de agosto de 2008

La Tinta, el Tintero y... el Corazón

Ha pasado algún tiempo, más de lo necesario. Ahora te encuentras en un callejón sin salida. No pasa nada, tranquila, mira que te lo advertí (mos) pero no nos quisiste escuchar. Es o era, poco importa ya, el amor de tu vida, aquel hueco que todos intentamos llenar de un modo u otro. Todos éramos felices y a ti se te veía especialmente radiante. Risas, copas de más, tardes interminables... todos aquellos momentos maravillosos, ¿te acuerdas? No importaba nada, ni los horarios del trabajo, ni aguantar al pesado de tu jefe, ni los compañeros gilipollas, nada, el mundo te pertenecía y el tiempo también.

Aún recuerdas cuando le conociste ¿cierto? Más guapo, más alto, más de todo y te robó el corazón en un suspiro, en un guiño, en una caria... en un beso. Supongo que debe de ser normal, cuando amas y te aman, algún día experimentaré esa sensación, te lo prometo pero no viene al caso. Lo que realmente nos empezó a preocupar fue el momento en que un día apareciste llorando, nos dijiste que habíais discutido, al principio todos nos volcamos contigo - con los dos - intentando solucionar el pequeño bache, pero fue en vano, no por nada en especial si no porque los dos teníais un carácter muy fuerte, muy tozudos y bueno, son cosas que pasan en la pareja. Las aguas volvieron a su cauce y de nuevo todos tan contentos... que ilusos, especialmente tú.

Con cada día que pasaba te dabas cuenta de que algo fallaba, algo no encajaba, tal vez era su desarrollado sentido de la 'hombría', sus pequeños detalles misóginos, sus desprecios y su poca paciencia con errores tan absurdos como divertidos. Como caminar por la niebla, no estas seguro de por donde vas, ni qué es lo que hay a tu alrededor, ni cual es el final del camino... ni qué es lo que te vas a encontrar, simplemente estas atrapado y no puedes salir, ya no, tuviste una oportunidad pero como el amor es ciego no viste dónde te metías. Y como viene siendo habitual... ya es demasiado tarde.

Te acostumbraste demasiado rápido a sus insultos, a sus amenazas, las veías tan cotidianas que ya daba lo mismo. Cada día, cada noche, a todas horas, eras tú la única culpable; lo que más nos jodía es que encima tú te lo has llegado a creer. Realmente piensas que tú tienes la culpa y como culpable tienes que encontrar un remedio, no puedes permitir que la relación con el hombre tu vida se haya ido directa por el desagüe por tus estupideces. Serás mejor mujer, mejor persona, intentarás hacerlo todo bien... que gran falacia, que vida llena de mentiras. ¿Acaso no te das cuenta? ¿En qué momento has perdido el rumbo? ¿Por qué no confías una vez más en nosotros como antaño hiciste? No estamos contra ti sino contra él, sabemos de sobra que es una tortura, que está acabando contigo poco a poco - sino lo ha hecho ya - y no quieres escuchar... porque le amas.

Tus ojeras van en aumento, de aquella mirada alegre ya no queda rastro alguno. Aún sigues con él, con ese maníaco que gracias a ti ha descubierto su verdadero rostro, gracias a ti a conseguido algo que ni toda la medicación del mundo hubiera logrado: no sentirse culpable, es más, ahora se siente satisfecho en la cima del mundo, como nosotros hace tiempo. El precio que has pagado - y que aún continuas pagando - es alto, demasiado alto. Resulta lamentable ver como a pesar de todos nuestros esfuerzos ahora tienes que pedir permiso para ir a visitarnos, dios, después de todo lo que hemos vivido, por lo que hemos pasado... y tenemos que suplicar para vernos.

Las pesadillas son mucho más crueles cuando son en vida, cuando no queremos ver, ni queremos poner remedio. Lo malo, lo realmente malo es que a pesar de todo tú te sigues creyendo culpable de todo. Lo lamentable, lo realmente lamentable es que no podemos ayudarte, no quieres, y la última vez que lo intentamos tuve que cruzar algo más que palabras con ese tío mierda... pero los platos rotos los pagaste tú otra vez. Nos sentimos algo impotentes viendo como tú vida se ha convertido en el blanco de las frustraciones de una persona cuya vida no vale absolutamente nada. Maldito niño frustrado con la vida, me gustaría que algún día todo se volviese en su contra... y ver como se lanza desde cualquier sucia ventana, contaría los segundos que tarda y te juro que comería palomitas mientras le veo como se aplasta contra el suelo. De momento, no tenemos esa suerte, creo que nunca la tendremos.

En estos momentos, alguien se esta ganando la entrada al cielo pero te aseguro que nosotros... NO.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Hay palomitas para mí también?


MO.

P.D.: Las puertas del cielo están cerradas. Yo llevo aquí unos... ¿treinta años? y qué va, por aquí no aparece ni dios.
Vaya...

Juancho dijo...

Palomitas hay para dar y tomar... que el espectáculo promete. ;D

Si, yo también he estado esperando a que se abriesen... pero paso, que espere otro que ya me he cansado. :P

Un besazo, MO.

CalidaSirena dijo...

Por mucho que nos adviertan, siempre somos nosotros los que tenemos que vivir en primera persona nuestras experiencias y así acarrear las consecuencias, sean acertadas o equivocadas..
Besitos y cariños grandes

Inocencia prohibida dijo...

Hola guapo

La verdad que es una pena que una persona llegue a esos extremos, pero cada uno es libre de vivir la vida como quiere, sea sufriendo o no. Supongo que la gente llega a esos extremos porque no se valora como persona.

Me sumo a la recolecta de roscas (palomitas) jajajaja.

Muchos besitos

Inocencia Prohibida

Juancho dijo...

Pues sí, cada uno es responsable de sus actos... para bien o para mal. Aunque si de vez en cuando eres capaz de pedir ayuda, mejor que mejor ¿no?

Un besazo, Cálida Sirena.

Lamentable es el momento en el que alguien asume dicho papel, pero como bien dices: cada cual es libre de vivir su vida como mejor le parezca.

Un besazo, Inocencia Prohibida.