jueves, 17 de septiembre de 2009

La Tinta, el Tintero y... la Carretera

He regresado, tras varias semanas fugado. Al final se convirtió en una extraña carrera entre mi conciencia y mi corazón. Al menos al volante pude comprobar que realmente era yo, evitando tormentas mentales, descansando en bares olvidados en mitad de ninguna parte.

La primera parada de mi viaje me llevó a conocer lo que antaño llamaban el Cabo del Fin del Mundo, y de manos de un par de soñadores compulsivos, llamados Kinyla y A., recorrí las calles de la ciudad en donde acaban los pasos de tantos y tantos penitentes que aguardan purgar cada uno de sus pecados. De Santiago estoy hablando, por supuesto, de sus magníficas gentes y mejores platos. Incluso el Sol se permitió el lujo de acompañarnos, sin más remordimientos, sin más nubes que oculten tenebrosos pasados.

Al encuentro del miedo recorrí la distancia que separa mi hogar de la otra punta del mar. Una semana entera, para mi, sin ningún temor a compartir, nada que esperar y un mar en calma donde poder disfrutar. Poco he de añadir aquí, salvo la extraña persecución que tuve con un Pequeño Gran Templario. Como el perro y el gato, aunque esta vez no pudo ser. Mi gran despiste jugó una mano que jamás hubiera deseado.

Un final adecuado para tanto viaje, tanta carrera. No sé quien de los dos ha ganado, lo poco que he llegado a saber es que por fin, por fin he cambiado. Más tranquilo, incluso con la bienvenida en forma de lluvia, frío y miradas de soslayo de esta maldita ciudad, en donde una vez perdí cualquier tipo de ilusión. Donde hubiera sido mejor entregar mi corazón al primer repartidor por si, gracias a la buena suerte, acaba en un buzón y en manos de unos labios que no deseen triturarme sin compasión.

Me acerco a la ventana y observo como el cielo llora... tapo el cristal con las cortinas, giro, sonrío y me preparo para un nuevo día.

Jódete. – pienso – Porque esta vez lloras por una historia que no es la mía. -

5 comentarios:

Padrino dijo...

Hombre!!, el perdido,
como no llamas ni nada
pues te daba por desaparecido.
Me alegro estés otra vez por aquí.
Saludos, y compra un mapa de
carreteras, que son solo 7 Euros,
je,je.

CalidaSirena dijo...

Gracias por la bienvenida, la verdad es que el deseo de volver es fuerte y al final he sucumbido a él..jajajaja..
Me encanta volver a leer tus historias, las cuales me encantan ya lo sabes..
Un beso muy dulce y lleno de cariño Juancho

Juancho dijo...

Jajajaja lo tendré en cuenta para la próxima vez, no te preocupes. ;)

Un saludo, Padrino

Bienvenida de nuevo, me alegra verte de tan buen humor. :)

Un beso, Cálida Sirena

Anónimo dijo...

Me alegra verte con un texto que da luz al final:-)
yo bajo en un rato de las montañas,aunque mis días y noches han sido mas grises!

Ya nos vemos psycho!

BlackMiG

Juancho dijo...

Bueno, BlackMiG no todo iba a ser malo a mi regreso. :)

Un saludo.