lunes, 30 de noviembre de 2009

La Tinta, el Tintero y... la Incógnita

Aún me queda un misterio por resolver. Un puzzle plagado de incógnitas, de piezas que no encajan demasiado bien. Las preguntas sobrevuelan las horas muertas. Relojes en huelga por un tiempo que nunca llega, de sus manecillas cuelgan momentos que suspiran por todo aquello que no ha sucedido. Lanzas, cuchillos y dagas aguardan en fila, parece que el bufón guardaba un as en la manga.

No pienses que la vida en palacio se reduce a sonrisas y criados que tapan los huecos del desdén con sus propias manos. Querida, la vida por mucho que lo niegues, por muchas vendas de seda que cubran tus ojos posee luces y sombras, mil matices, cientos de posibilidades que escapan a cualquier tipo de control. La primera de estas opciones, cual baraja de naipes, se mezcla, como lo hicieron nuestros besos cargados de recelo. Busca excusas, si así lo deseas. Aférrate con todas tus fuerzas a cuantos clavos encuentres en tu camino. No va a cambiar en absoluto.

Cuando tu mundo perfectamente cuadriculado explota, cuando la realidad que creaste a tu alrededor resultó ser un escenario de cartón que cambia según el momento y la ocasión, tus ideales se tambalean. Pilares de humo que sostienen a duras penas argumentos que ni tu propia sombra termina de creérselos. Conspira, manipula, carga tu lengua con todo el veneno que seas capaz de recopilar. La mascarada ha comenzado, debes encontrar tu lugar. Pisa con cuidado, cualquier error es mortal de necesidad. En este palacete de Versalles no tienes en quien confiar, mueve a tus peones, comete asesinatos verbales, apuñala sin compasión corazones y verdades. Amasa fragmentos de realidad que tú sólo creaste. Maquiavélicas jugadas minuciosamente estudiadas...

Espero que todo esto te resulte divertido, si con ello pretendes dormir mejor por las noches. Recuerda que de un tiempo a esta parte me he vuelto inmune a tus ardides, ningún veneno, ninguna palabra ponzoñosa me hiere o me destroza. Puede que mi corazón gruña, ligeramente resentido al ver en lo que te has convertido.

Pero tranquila, no desesperes, no pienses que el fin de todo esto es provocarte dolor adrede. Cuando decidas escapar del mundo en el que te has vuelto una cortesana sin parangón, tu risueño escritor seguirá en el mismo lugar en donde despareciste. Escribiendo sin parar, intentando conservar todo el calor que una vez decidiste apagar por buscar refugio en una estrella que nunca pudiste alcanzar.

5 comentarios:

Te susurraré... dijo...

Espero que nadie consiga apagar ese calor.
Y ya sabes, quien te deja por una estrella, nunca te mereció.

Besos.

CalidaSirena dijo...

La vida es un verdadero puzzle donde a veces nos cuesta encontrar las piezas que encajen perfectamente.. Ahora que cuando lo encontramos, llegamos al paraíso..
Un beso muy dulce y lleno de cariño

Juancho dijo...

Nadie conseguirá apagar este calor. De todas formas, perseguir estrellas de vez en cuando no está tan mal...

Siempre y cuando mantengas los pies en el suelo. :)

Un besazo, Te susurraré.

A mi me sobran piezas por doquier jajajaja E intentar encajarlas a la fuerza no siempre resulta. :P

Un besazo, Cálida Sirena.

Anónimo dijo...

veo palabras conocidas... figuras retoricas parecidas... estilos parecidos.... este texto se asemeja a mi grado de locura.... bienvenido de nuevo al manicomio!

Juancho dijo...

Ehy, únicamente me había tomado unas vacaciones... ;)

Un abrazo, Henmex