lunes, 11 de enero de 2010

La Tinta, el Tintero y... el Tapiz

En muy pocas ocasiones no he sabido bailarle el agua al Sol, correr tras la Luna o esconderme tras cada una de las esquinas sin ni siquiera saber que jugaba al puñetero escondite inglés con mi vida. En muy pocas ocasiones he refrenado mis propios impulsos en esto que llaman escribir, ni siquiera cuando el viento me daba la espalda o cuando la tinta se secaba por mis lágrimas.

Aunque he de reconocer mis propios pecados y logros al mismo tiempo. Si he de escoger un camino, no será el que me lleve al Cielo, ni tan siquiera al Infierno, me quedaré dando vueltas sin sentido, buscando un objeto que he perdido pero que nunca he poseído. Veleta que gira mientras me clavo las espinas que únicamente encuentras en la Rosa de los Vientos.

Sin percatarme de todo esto, mi viaje hace mucho tiempo que no obtuvo licencia para atracar en ningún puerto, ni de roca y acero ni de carne y hueso. Porque nadie quiere comprar la mercancía de corsario maldito que no juega con otra mano; la de besos marcados e historias de barcos naufragados. Espíritu errante que observa como todo el mundo abandona su vida a la fiel tranquilidad que otorga una vida sin sueños, sin pena y sin gloria.

En muy pocas ocasiones, salvo en esta misma hora maldita, confieso que todo se reduce a cuatro esquinas, cuatro fronteras que delimitan una cárcel de papel que se consume con cada letra escrita, con el lamento de un alma que quiso gritar, llorar, enloquecer... pero al final no tuvo el valor de reconocer que ciertos sentimientos están vedados al mismísima vida.

5 comentarios:

Te susurraré... dijo...

Se me acaban los adjetivos para describir tus posts.

Pero desde luego no te dejes tentar por "la tranquilidad de una vida sin sueños", eso déjaselo a quienes se conforman con cualquier cosa.

Besos

Juancho dijo...

Muchas gracias, Te Susurraré. :D

No te preocupes que ya he visto demasiadas "vidas sin sueños" y no me llama nada la atención. ;)

Un beso!

BlackMiG dijo...

Una vida sin sueños es como colegio sin niños...no tiene sentido.

Pero no me hagas de Bastián perdiéndote en ellos, capitán, que hay que mantener la moral de la tropa alta! :)

Juancho dijo...

Perderse de vez en cuando no es tan malo como parece.

Mucha gente debería de hacer lo mismo y no preocuparse tanto por una realidad que en muchas ocasiones no cuenta con ellos. Pienso que serían un poco más felices. :D

BlackMiG dijo...

de vez en cuando es hasta obligatorio...