jueves, 23 de agosto de 2012

La Tinta, el Tintero y... la Presencia

La farsa ha llegado a su fin. El martillo de la realidad ha descargado toda su furia sobre mi en un último y desesperado intento por hacerme despertar.

Tras el golpe poco me queda ya. Rebusco en mis bolsillos y encuentro mis historias tristes hechas jirones de cuando aún era un ingenuo que pretendía amar.

Las lágrimas se secan formando puntas de lanza que me hieren cada vez que intento soñar.

Soñar con una sonrisa que me espera al regresar. Soñar con unas manos que calman mis temores. Soñar con unos labios que me dicen 'Te amo' y se dejan besar.

El camino se abre ante mi con la sombra de los árboles, el viento jugando entre los matorrales, el cantar de docenas de aves y una soledad eterna que tira de mi para que no me detenga y recuerde que una vez yo también podía soñar.

3 comentarios:

Estefania dijo...

No dejes de soñar :( las cosas que más deseamos son también las que más cuestan.

manumara dijo...

Que poco sirve de consuelo, qué pocos ánimos da saber lo común que es este problema, pero mientras siga ese Ideal dentro de nosotros algo de fuerza siempre sacamos para seguir tirando del carro. Siempre me ha motivado la ilusión de cumplir el sueño de Amor aunque también me desespera que pase el tiempo y crea que sigo como hace años: condenadamente solo...

Un abrazo

Juancho dijo...

Estefanía Álvarez

¡No por dios! ¿Qué sentido tendría nuestro mundo si nos quedáramos sin sueños? ;)

¡Un beso!

Manumara

Veo que no soy el único con este pequeño dilema. Como leí en alguna parte: "Al final todo saldrá bien. Y si no sale bien es que no ha llegado el final."

¡Un abrazo!