martes, 7 de octubre de 2008

La Tinta, el Tintero y... la Grapa

Siempre caminando con ese aire de auto suficiencia, creyéndote el rey del mundo. De este pequeño mundo formado por las cuatro tristes paredes de una oficina. Así es el responsable de esta área de desarrollo.

Has aprendido a usar nombres demasiado bonitos para poder esconder tus propias decepciones, las mismas que aprietan cada mañana el nudo de tu corbata. Cada uno de vosotros ha dado el salto de peón a alfil - como mucho a torre - y se puede distinguir a la legua tu frustración por seguir dentro del tablero de juego. Cada mañana, la historia de siempre, te levantas demasiado cansado, sin ganas de afeitarte y aún menos de desayunar. Te enfundas el traje y con media tonelada de gomina ajustas tu pelo y tu conciencia. En los días de reunión importante incluso llegas a usar esa colonia que te regaló tu cuñado. Con una acidez de estómago galopante llegas a tu pequeño despacho, cuando no hay suerte el asco se desdibuja en tu rostro al sentarte en una mesa en la misma sala que el resto de trabajadores.

No puedes evitarlo, tu mirada te delata, esa misma mirada que destila asco cada vez que te ves obligado a cruzar un simple - Hola, buenos días. - con alguien que sea de un rango inferior al tuyo. Aprendiste a sobrevivir, aún a costa de todos tus sacrificios, llevando con orgullo ese trozo de papel en el que se lee: 'Responsable de...'. Cada minuto que pasa dentro de la oficina viendo cómo el trabajo que organizas no sale adelante es un infierno; - No sé porque no los despedimos a todos. - piensas mientras ves a jóvenes dejándose la piel para poder terminar una tarea imposible. - Y encima, esta maldita empresa no les obliga a llevar traje. -. El mismo 'traje de súper héroe' que te obligan a llevar a ti, ¿cierto? Tus gestos de desprecio van aumentando con el paso del tiempo hasta que llega un momento en el que todo el mundo evita tu presencia como si fueras el portador de la peste. Sólo los demás responsables hablan contigo, de las mismas miserias cotidianas. Ni siquiera puedes emitir juicios de valor porque tu posición te lo impide; pero con que ganas le gritarías a ese que lleva el pelo con rastras, ese que se pasa ocho horas - con suerte - destripando los ordenadores que tú no sabes manejar para intentar arreglarlos de nuevo.

La vida te ha pasado factura, tantas horas sentado, tantas horas discutiendo, organizando han hecho mella en ti. Arrugas y canas aparecen sin tu aprobación por tu cuerpo, mientras el resto de tu cuerpo se encorva por el peso de la presión. Ninguna hora de gimnasio, no has tenido tiempo para eso. Quien no trabaja duro, no llega alto; pero cuando llegas a casa a diez de la noche con un plato frío esperándote - y una mujer que acaba de acostar a los niños - una voz interior te reconcome, te susurra que has perdido el tiempo, que no has vivido lo suficiente. En el otro lado de tu conciencia, otra voz te grita que esto lo haces porque eres un hombre de bien, porque la vida es dura. Cenas rápido, igual que la charla con tu mujer, mañana hay que levantarse temprano que vienen los auditores, pasado una reunión, al otro... has olvidado ya lo que es pasar una tarde con tu familia. La misma que formaste con una mujer que te amaba, con la que discutías, con la que al fin y al cabo compartías una vida.

Ese tiempo pasó, demasiado rápido, las ambiciones reclaman su parte del pastel y estas dispuesto a servirles una buena cantidad. Cuando te jubiles tal vez tengas tiempo, para poder recuperar algo de lo que no hiciste, sin prisas, descubriendo de nuevo el significado de la palabra disfrutar. Aunque los periódicos y las revistas hablan de lo contrario, demasiadas muertes prematuras por algo que llaman 'estrés'. No les haces caso, a ti eso no te va a pasar. Estas demasiado ocupado pensando en cómo subir un puesto más, un peldaño nada más. La competición es dura y no sabes muy bien cuanto has de sacrificar.

Tranquilo, no hace falta que le des más vueltas. Mañana será otro día en el que tal vez tengas un hueco para poder remediar todo este embrollo. Sí, durante la comida con los nuevos directivos, siempre hablan mucho y escuchan poco. Podrás evadirte y, con un poco de suerte, volver a soñar con todo aquello que tuviste que sacrificar. Con el único propósito de dejar atrás toda esa vida mediocre que fuiste incapaz de tragar.

4 comentarios:

Paisanito. dijo...

heyyy juanchooo!

como le va, sr?

despues de estar desaparecidooo meses, paso a saludarlo

y a desearle una buena semana.

sus cosas bien´?

espero que sì, un fuerte abrazo!

Giraffe dijo...

¡¡¡¡¡¡SACAME DE AQUI!!!!!!

CalidaSirena dijo...

El stress es algo cotidiano ya en nuestras vidas, por desgracia andamos siempre a cien y no sólo es el stress del trabajo...
Que bien nos vendría una vez a la semana ir a un balneario a relajarnos y disfrutar, jajaja..
Besos muy fuertes Juancho

Juancho dijo...

¡Ehy! Muy buenas Paisanito. Pues no me puedo quejar la verdad. Por una vez todo me esta saliendo genial. ;)

¿Y tú? Espero que todo te vaya bien... :)

Un abrazo, Paisanito.

¡BOTON ROJO YA!

Un saludo, Giraffe, resalao.

Jajajjaja estaría bien cogerme unas vacaciones nada más empezar el curro... pero no va a poder ser... :P Lo llevaré lo mejor que pueda.

Un besazo, Cálida Sirena.