jueves, 2 de julio de 2009

La Tinta, el Tintero y... el Gaznate

Unos cuantos días igual, casi no me percato de todo lo que he llegado a cambiar. El despertador indica que volvemos a empezar, bien temprano y sin poder evitarlo de un guantazo le mando a por un vaso lleno de zumo. Debajo de la cama ya no me apetece ni mirar, si algún calcetín decidió buscar aventuras, me alegro por él. Ahora supongo que descansará sobre el lomo de algunos de los monstruos que ni yo mismo tuve el valor de sacar a pasear. Ya tengo bastante con evitar las zancadillas lanzadas por mi propia sombra al caminar.

Veinte minutos más tarde, la gran ciudad me mira de nuevo mientras las últimas estrellas con ganas de juerga se asoman por el resquicio de la puerta; para ver si a alguien le apetece pagar la penúltima ronda antes de marchar. Hoy no tengo ganas, en otra ocasión me conformaría con un par de sonrisas junto a una botella vacía. El tiempo ni quiere apretar, se conforma con esperar, buscando mano de obra barata y así continuar desgranando unas cuantas vidas más. Los párrafos se suceden, se mezclan, se pierden en las distintas estaciones de metro. Las páginas blanden historias que nadie se atrevió a soñar. Pocos los privilegiados que jamás se han atrevido a despertar.

Me deslizo, me dejo caer y amago. Arrastrando todas aquellas voces que alguna vez gritaron para silenciar un dolor realmente amargo. Entre fintas y giros de cintura me dejo llevar y bebo de los primeros labios que salen a mi encuentro. Decididamente este es mi juego, te guste o no, ni pienso dejarlo ni creo que sea necesario revisar mi propio honor. Prefiero llorar de alegría antes que reír para evitar una mirada inquisitiva. De nube en nube con mis textos en la suela de los zapatos curioseo en todas y cada una de las vidas que no me ha tocado jugar.

No te preocupes, que cuando quiera conversar ahí estaré, aunque no me queden más cojones, aunque mi mente divague y se invente mil situaciones. Conmigo puedes contar, como si únicamente me quieres ver para cruzarme la cara y advertirme que ya está bien de tanto imaginar. He aprendido que aunque no comprendas todo lo que te pido, incluso al poner ese gesto de rechazo al hablarte de mundos que ni siquiera has visitado, este es mi sitio. Pues en ningún otro me han aceptado o me ofrecieron cobijo.

Y todo aquel quiera volver a soñar... de sobra sabe que siempre será bien recibido.

7 comentarios:

CalidaSirena dijo...

Yo quiero soñar, aunque desearía que mi sueño se hiciera realidad...cosa que veo imposible, pero bueno...me quedan los sueños..
Un besito muy dulce y te deseo un buen finde Juanchoo...

Juancho dijo...

Si cumplimos todos nuestros sueños... nos quedaríamos sin nada con lo que soñar. ;)

Un besazo, Cálida Sirena y pasa un buen fin de semana tú también.

liv dijo...

"Conmigo puedes contar, como si únicamente me quieres ver para cruzarme la cara y advertirme que ya está bien de tanto imaginar..."

en todo caso yo te la cruzaria para que siguieras imaginandoo¡¡

besosssss

Padrino dijo...

Esto ya me va gustando, pisa a fondo compañero, que aun queda mucho pedal.
Saludos.

Juancho dijo...

Tranquila Liv que eso nunca va a suceder. :)

Un besazo.

Jejejeje no todo iban a ser penas ¿verdad? A veces ni yo mismo entiendo muy bien de donde saco las fuerzas... pero ahí están.

Un abrazo, El Padrino.

Anónimo dijo...

cuantas veces me habran gritado ultimamente para callarme amigo...

Juancho dijo...

Pueden mandarte callar... otro asunto muy diferente es que tu quieras callarte.

Un abrazo. :)