martes, 4 de mayo de 2010

La Tinta, el Tintero y... la Traición

Una vida que dura una mirada fugaz, una sonrisa esquiva, unos labios y un cuerpo que deseo acariciar.

Una vida competa de sentimientos que no dejan de azotar los acantilados en donde el viento se detiene a descansar, a llorar por todo lo que ha visto, por todo aquello que no ha podido saborear. En sus maletas, relatos de encuentros en bares apartados, de lamentos y deseos deshechos a causa de justificaciones dictadas por corazones enfermos y mentes condicionadas.

El tiempo pasó, sin pausa, sin tan siquiera saludar, desde la última vez que mi corazón se rompió; esperanzas hechas añicos esparcidas por el suelo de cualquier habitación. Vi como se alejaba de mi vida, consumida por un fuego que engullía toda mi pasión. Cada parte que se negaba darte la razón era pasto de las llamas y reducida a cenizas, sin resentimiento, sin compasión

Vendí mis sentimientos al mejor postor, los ofrecí sin condición; y ahora me veo que igual que cuando comenzó a desnudarse por los pasillos que conducían a los bares de su perdición.
Qué es lo que realmente ofrezco. ¿Una vida de ensueño? ¿Delirantes momentos que ni el tiempo sabe como poner freno? O tal vez una vida llena de deseos, la de un niño que se niega a creer que el mundo ya no está bajo sus pies.

Me deje llevar por manos y palabras que nunca pierden nada, pues el mundo de otros el que se desmorona. Ni yo mismo me entiendo, sin ningún rumbo a seguir y persiguiendo cualquier sonrisa que por un instante me haga feliz. Obligado a lidiar con alcahuetas de sonrisa fácil y espaldas cubiertas que dilapidan consejos que nunca se aplican.

Desde una colina apartada contemplo lo que una vez fue una tierra desolada, en donde antaño me atrevía a plantar sueños y esperanzas. Ahora miro hacia atrás sin ver signo alguno para la esperanza o la felicidad. Sin más miramientos el viento recoge sus pertenencias y levanta el vuelo, dejando atrás dolorosos recuerdos que se niegan a olvidar; hasta que encuentra otra sonrisa, otra forma de soñar. Nubes de polvo arrastran con desgana los últimos lamentos de mi alma hace tiempo asesinada.

La vida a mi alrededor sigue, continúa a marchas forzadas. No entiendo como las personas se conforman con tan poco o seré yo quien lo pide y da todos sin límites ni condición. Una de las muchas razones por las que mi corazón tiene miedo e ilusión de entregarse a unas manos y una vida que no comprenda que para mi las emociones son el único motor de toda esta creación.

2 comentarios:

liv dijo...

la traición dura, lo que dura una tormenta...


Todo pasa.

Juancho dijo...

Cierto, puede durar muy poco y como no la sepas hacer frente sus efectos pueden ser desbastadores...

Un beso!!