domingo, 2 de diciembre de 2012

La Tinta, el Tintero y... la Botella

Otro mes que pasa delante de mi casi sin parar. De los problemas en el mundo de sueño, he pasado a los problemas en el mundo de la vigilia. Y es que así no se puede estar. Trato de comprar tiempo al por mayor pero es un bien tan escaso que he de conformarme con lo poco que encuentro entre los cojines del sofá de mi salón.

Si me dieran a elegir, no dudaría ni un segundo en dar carpetazo al asunto. Sin embargo, y a pesar de todo el lastre que he tirado por la borda, continúo atado a los sin sabores de una vida atada a un despertador. Claro, quejarme no puedo (o no debo, según quien me lo diga) pero mira tú por donde estoy cansado de tanto comerme el estrés a cucharadas mientras otros viven del cuento.

En fin, podría tratar de ser interesante y contaros que he estado ausente porque mi vida es maravillosa, he triunfado y bla bla bla bla. Mentira y cochina. Son de esas temporadas que cuando llegas a casa comienza una carrera contra reloj para quitarte de la cabeza cualquier pensamiento relacionado con el trabajo. A veces lo consigo y otras no.

Entre tanto los días pasan volando y de cuando en cuando recuerdo que yo tengo un blog.

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