martes, 20 de noviembre de 2007

La Tinta, El Tintero y... el Laberinto

Estoy atrapado, no encuentro ninguna salida. Creo que estoy dando vueltas en círculo.

Veo paredes a ambos lados, largos pasillos, interminables. Cualquier decisión que tomo, cualquier camino que elijo, me lleva a ninguna parte.

Giro a la izquierda.

El pasillo continua, estas cuatro paredes me asfixian, sigo adelante, otra esquina que doblar, otro pasillo.

Giro a la derecha.

No paro de pensar: "¿cómo salir de aquí?". Me fijo en las paredes, en el techo, en el suelo... siempre igual, no cambia nada.

Grito, ni si quiera el eco me responde.

Me encuentro tan solo... necesito salir de aquí.

Giro a la izquierda.

¿Por qué nunca encuentro una salida? Sigo avanzando, nunca me paro, se me prohíbe detenerme. No puedo, no quiero.

Estoy cansado y me paro, miro hacia atrás... el mismo pasillo insulso. Miro hacia delante, el pasillo continua, sin fin.

Giro a la derecha.

Te encuentro, me encuentro. Me fijo en tus ojos, tu cara, tus labios. Me arrodillo, me agarro a tu cintura...

Estoy tan cansado...

2 comentarios:

Kinyla dijo...

A este paso comentaré cada relato xD.

Espero que a quien abraza no sea la personificación de la desesperación, la frustación o incluso la propia muerte, aunque en esas situaciones a veces parece la única capaz de abrir puertas en las paredes...

Juancho dijo...

Jejejeje no te preocupes.

Sí, muchas veces cuando parece que no hay salida, la muerte no resulta tan horrible.

Pero tranquila, que no es a la muerte a quien abraza... ;)

Un saludo.