domingo, 8 de febrero de 2009

La Tinta, el Tintero y... el Filo

Deberías mirar por donde pisas. No te encuentras en situación de exigir nada. Resulta que no es mi problema, si ahora no conoces la salida de la selva en la que te has metido. Con un poco de suerte, podremos cruzar nuestros caminos. Si es que tienes agallas para seguir adentrándote hasta los rincones donde decidí mudarme con la guía de mi mala suerte.

Aquí me encuentro bien, de vez en cuando soy la presa y no pocas veces el cazador. El único inconveniente es ese maldito sol que siempre anda molestando después de haber pasado toda la noche metiéndole mano a una luna que jugaba a seguir siendo la más dura de tu portal. Como te descuides, mira que te lo estoy advirtiendo, que mis buenos modales se marcharon corriendo con la última ráfaga de viento. Si te sigues acercando y vea tu cuerpecito, mi apetito tantas veces reprimido comenzará a rondarte por las oscuras calles de tu mirar. Puede que te libres, con las mismas malas artes que usaste durante esos abriles en los que sin venir a cuento yo estaba enredado entre los trasquilones de tu pelo. Esperando por si me caía de puro aburrimiento.

Ahora que el sol me deja por imposible... llega mi turno. Basta ya de esperar movimientos en falso. No importa cuantas marcas de bofetadas dejen un rastro en mi piel. Que te he dicho que tengo sed y mira tú por donde el único pozo de donde puedo beber lo has pintado con un carmín del color de la hiel. Mi mala leche ha decidido probar la resistencia de los elásticos de las prendas que rodean tu conciencia. Mientras, mis manos siguen colgadas de las copas de los árboles de tu sostén. El agua es vida, cuatro noches han pasado, creo que ya va siendo hora de ver si soy capaz de escanciar todo tu querer sin derramar una sola gota, que no me gustaría tener que repetirte que con lo único que no puedo comerciar me lo robaste en una noche de despiste; para comprobar si era verdad todo lo que un día me dijiste.

La luna se ha muerto de envidia, amaneciendo a traición, mi enemigo el sol se ha escabullido hasta la misma cocina. Las punzadas que se atreve a lanzarme obligan a esconderme antes de que despierte. Sólo con mis recuerdos, sólo con los trofeos que no quiero que vuelvas a ponerte. Y si te vas, no te molestes en llamarme... que esta es la tercera vez que me niego a ser tu pelele.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

y si uno en vez de querer ser cazador o presa quiere ser un simple arbusto que todo lo ve?

Juancho dijo...

También puedes serlo... pero, ¿no es mejor lanzarse al barro de vez en cuando? ;)

Un abrazo, Henmex.

Kinyla dijo...

Intento 2.

Yo prefiero mancharme y sentir que vivo la vida que estoy viendo.

Mmmm... me gustaría saber cuál será la reacción de la chica al ver que se le hace frente. Personalmente me dejaría por un instante helada sin saber reaccionar, especialmente si estoy acostumbrada a jugar/manipular/como quieras llamarle con esa persona a mi antojo y ver de repente que da una patada en el suelo y me pone las cosas claras.

Un Saludo!

Juancho dijo...

Creo que la reacción sería la misma... una mirada de esas que matan. La respuesta del afectado sería montar en cólera... acercándose con paso decidido, agarrarla por el brazo y soltar un...

'Sí, mi amor... lo que tú digas, mi vida' :P

Un besote, Kinyla.

Anónimo dijo...

Espero que si hay una cuarta vez (que la habrá, fijo) vuelvas a negarte de nuevo.
Ya no por tu orgullo ni por ti mismo sino por tu dignidad sin más.


Me gusta esta entrada.


Un besazo, Juancho.


MO.

Anónimo dijo...

Que tal amigo Juancho;

Sé que eres de las pocas personas que tienen la nueva dirección del blog de nuestra querida MO.

Ella como es tan despistada se olvidó de dármela y tenemos un asunto muy importante pendiente.

Sé que a ti no te importará dármela, pero igual eres despistadillo como ella y se te olvida, no pasa nada, entonces tendría que venir a verte y te iría cortando todos los dedos de la manos y sería una pena que no pudieras volver a escribir...

Un besazo...

Juancho dijo...

Cuando llegue el momento veremos qué es lo que ocurre... que me pierdo demasiada facilidad cuando las faldas revolotean a mi alrededor.

Me gusta caer en la tencación, sí.

Un besazo, MO.

Buenas de nuevo Victor M. Ganso.

Los asuntos que tengas pendientes con MO debes solucionarlos con ella.

Imperativo moral que llaman. Que hacer de abogado del diablo no es mi estilo.

Un saludo.

PS: Lo peor es que no volviera a escribir... lo peor es que no pudiera volver a masturbarme. Siento decepcionarte.