miércoles, 13 de febrero de 2008

La Tinta, el Tintero y... el Plan

Aquí estoy de nuevo, ¿me puedo sentar? Muchas gracias, sólo tomaré café con leche, nada más.

¿Tienes un momento?, tranquila no te voy a molestar. Tengo un montón de preguntas que quiero contestar. Con algunas te podrás reír y con otras podrás llorar. No te preocupes no me voy a enfadar. Necesito que seas sincera, para variar.

He recordado cuando era voluntario, el tiempo que dediqué a otros sin recibir nada a cambio. ¿Sabes que he visto el dolor de la pérdida y el llanto de la desesperación? Vi a gente sonreír cuando estaban a punto de morir. Mis manos oscurecieron con sangre y lágrimas, y su olor me ha perseguido durante semanas. Conocí a personas que bebieron hasta rozar el límite, a mujeres maltratadas, y hombres engreídos que no poseían alma.

¿Por qué? Regresé al alba, como tantos borrachos, ebrio de dolor y de esperanza; en mi cabeza, esa maldita sirena aullando sin cesar. No estoy del todo seguro, pero creo que sentía a gusto; quizá porque me he arrodillado en charcos mugrientos por desconocidos, cruzado palabras amables con drogadictos, tendido manos a sombras que no poseían nada. Conocí el miedo a lo extraño, el sabor del respeto y el tormento de la soberbia. Mi alma ha llorado amargamente por problemas que no compartía, que ni siquiera sentía. Me he quedado petrificado ante una vida perdida inútilmente, envuelta en su última mortaja color amarillo. He luchado por mantener la calma en situaciones donde el resto perdía la cabeza y, tal vez, por eso, nunca entendí el problema. Sentí el calor de la esperanza renovada, de la mano de un niño que te agarra...

¿Cuándo? En el mismo instante que dejamos de lado nuestra humanidad, en ese preciso momento, todos somos enemigos de todos, y pisaremos a quien se atreva a interponerse en nuestro camino. Lo he visto tantas veces, que soy incapaz de comprender lo que me rodea. Cuantas veces una mano amiga apuñala por la espalda a aquel que ofrece su corazón. Cuantas veces han dado la espalda a aquel que confía en un gesto sencillo. ¿Serías capaz de semejantes actos? ¿Humillarías a alguien por lo que crees que es? ¿Le empujarías al vacío?

¿Dónde? En cualquier lugar, desde los oscuros callejones hasta las plazas más luminosas, en lugares donde todo el mundo ríe y en lugares donde todo el mundo llora. No nos podemos esconder, no podemos ocultarnos de nuestra propia creación. No ahora, ya es demasiado tarde, los rotativos han iluminado demasiadas escenas de dolor, demasiadas esperas agónicas, demasiadas ilusiones quebradas.

¿Cómo? Confieso que un día no pude más, y abandoné. Tal vez, por todo lo que vi, por todo lo que sentí. Demasiados intereses encontrados, compañeros que únicamente miraban por su propio bienestar. Cada vez costaba más y más, no soportaba que todo aquello por lo que tanto luché se convirtiera en otra herramienta del poder.

Gracias por escuchar, no te molestaré ni un minuto más; aunque, como viene siendo habitual, Conciencia, cuando se te necesita... nunca estas.

Susúrrame que todo lo que siento es mentira, un sueño tonto y no más.

6 comentarios:

CalidaSirena dijo...

No es mentira lo que sientes, por desgracia es una gran realidad. Somos así egoistas y no nos importan los demás. Humillamos, herimos, insultamos, atropellamos, y damos la espalda a quien realmente merece que le extendamos una mano. Por desgracia no es mentira lo que sientes, por desgracia es una Gran Realidad. Ojalá entre todos nos pusieramos de acuerdo para poderla cambiar, lo siento soy soñadora y aún creo en que todo se puede conseguir, así me pasa que me doy de bruces, cuando veo la cruda realidad.

Me ha encantado lo que has escrito y como lo has relatado, demuestras una gran humanidad y un buen corazón.Gracias por ello y un beso enorme de una simple sirena.

Juancho dijo...

Los eternos soñadores somos así, tanto para bien como para mal...

Aunque te aseguro, que la realidad... desde una ambulancia, resulta más cruda todavía.

Me alegra que te haya gustado la entrada, pero no me tienes que dar las gracias. Si acaso, te las tendría que dar yo a tí - y a todos los que me leeis. - por seguir a mi lado.

Un besazo :)

Lágrimas de Mar dijo...

la conciencia es el arma más poderosa que tenemos, siempre y cuando esa persona tenga sensibilidad, tú tienes mucha

un beso grande para ti

lágrimas de mar

Inocencia prohibida dijo...

La verdad que la sociedad es cada día más competitiva. No nos importa pisar a los demás para conseguir nuestros objetivos. La conciencia es lo único que puede pararnos.

Pero a veces es difícil escucharla, cuando tienes delante a una persona que te va a pisar. Sin embargo, es bueno que gente como tu haga este tipo de reflexiones y las publique para que la sociedad se de cuenta de que no todo en la vida es el poder ni la competición.

Un beso enorme ;-)

Inocencia Prohibida

Juancho dijo...

Lágrimas de Mar: la verdad es que a veces parece que esa es nuestra única arma; lamentablemente parace que en esta sociedad sólo puedes salir adelante si careces de ella...

Muchas veces pienso que mi mayor error es precisamente lo que has dicho: poseer demasiada sensibiliad..

Un beso :)

Inocencia Prohibida: tal vez tengas razon, y que nuestra conciencia sea lo único capaz de pararnos...

De todas formas, no te creas que esto es una reflexión, realmente fuí voluntario y ví muchas cosas desagradables. Únicamente me entraron ganas de contarlo - a mí manera, por supuesto. -.

Un beso :)

Inocencia prohibida dijo...

Juancho yo también soy voluntaria en una asociación... ahora no le estoy dedicando tiempo... y la tengo un poco abandonada. Me alegra saber que eres un compañero :). Ya hablamos

Besotes

Inocencia Prohibida