Desde un desván,
pasando por casas abandonadas, laberínticos trasteros, incluso
bosques apartados de la civilización. Todos ejercen una influencia
en mi difícil de explicar.
En cuanto tengo la
ocasión, mi corazón y mi mente me empujan a explorar dichos
parajes. Linterna en mano, si puede ser y si es noche cerrada es la
guinda del pastel. En busca de algo que ni yo mismo sé. Tal vez sean
las ganas de explorar, de vivir esa pequeña aventura que nadie más
conocerá. Tratando de cazar sombras esquivas de seres abominables
que sólo mi imaginación es capaz de crear.
Y sin embargo, no
es la última excentricidad que guardo bajo la manga. El pasado fin
de semana, me perdí un rato por Madrid. Un agradable y frío paseo
cruzando mi vista con un sin fin de vidas, de ojos con prisas. De
sonrisas forzadas y risas contenidas. De esperas interminables para
comprar, descambiar o devolver regalos, deseos y, tal vez, algún
beso robado de ese amor olvidado en quien no llegaste nunca a creer.
El camino desde Callao hasta Cibeles tiene mucho que ofrecer.
Cumplí, al tiempo,
con un deseo que venía rondando desde hace un tiempo. Uno tan
extravagante como sencillo en su manejo. Entré en una tienda y
compré una Brújula. Tras una pausa observando como la aguja
me señalaba el Norte, como un niño que descubre que al mezclar
Amarillo y Azul todo se vuelve Verde, me note a mi mismo contento.
satisfecho porque a partir de ahora sería incapaz de perderme.
Seguro de que
ocurriese lo que ocurriese, podría regresar a mi casa aún cuando
esas caricias se desvanezcan como la niebla de aquella fría mañana.
2 comentarios:
Hubo un tiempo en que a mí me encantaba perderme. Otra cosa que no sé bien por qué he dejado de hacer. Eso sí, la Navidad me recuerda demasiado las ganas de perderme y aparecer en otro año, sin más. Pero hasta eso ha cambiado, ahora la enana quiere Navidad. Acostumbrada a contradecirme por el placer de contradecirme, ahora me acostumbro a contradecirme por los demás. Vaya.
;)
Podría decirse que ahora te pierdes acompañada y no en soledad.
Tampoco es tan malo como parece :)
Publicar un comentario