domingo, 10 de mayo de 2009

La Tinta, el Tintero y... el Engranaje

Y... ¡acción! El sonido de la claqueta me despierta. No estoy yo para demasiadas escenas de amor. Durante mucho tiempo he vivido con la certera sensación de tener las manos vacías, de proseguir en esta vida sin ningún objetivo o planes de futuro. Los momentos se deslizan entre las rendijas de la puerta de mi habitación y yo observo, cavilando todo lo que podría haber hecho. Pero, mira tú por donde, no me salió de las narices mover un solo dedo.

Prefiero quedarme en este lugar, si alguien quiere pasar, no hace falta que llame. Nunca he cerrado la puerta, aunque tampoco la abriré sin más. Me cansé de ser el único que escucha, como si al resto del jodido mundo no le importase lo más mínimo ni mis sonrisas ni mis sueños. Al parecer, ya no es suficiente con querer conocer, con necesitar saber por qué los demás derraman lágrimas por algo que yo no logro comprender.

Si te quedas aquí, no te engañes, yo proseguiré con mis ilusiones, mis sueños y mis ganas de retenerlo todo en una sola fotografía. De perderme en casas encantadas, en pueblos malditos y olvidados, a la espera de cruzarme con algún que otro espíritu del pasado, con su piel marchita, las cuencas de los ojos vacías, gritando que dentro de poco nosotros también le estaremos acompañando al otro lado de la vida.

Con una buena taza de café, y algo de compañía, puedo tirarme las horas muertas desparramando todas mis fantasías encima de la mesa. No me importa reconocerlo, soy un soñador que siempre quiso tocar el cielo. Un tonto que siempre da más de lo que nunca recibirá a cambio, que ríe cuando los demás permanecen tristes y que llora cuando todo el mundo juega a seguir siendo otra persona.

Ya sabes donde queda la salida, si alguna vez te aburres, no te lo tomaré en cuenta, ni siquiera que no me hables el resto de tu existencia. Al único que le cuesta salir adelante no hace falta ni que te lo presente. Mi corazón nunca ha pretendido tener buenos modales con aquellos que ya conoce.

Recuerda, si te aburres, si necesitas ver una rara especie, pasa sin llamar; aunque lo más posible es que no todas las veces vaya a estar sonriente ni con ganas de querer hablar.

2 comentarios:

CalidaSirena dijo...

Hola Juancho,no eres una especie rara, simplemente hay momentos en los que nos sentimos sólos, vacíos y con pocas ganas de continuar..Pero los amigos de verdad ahí estarán tengas ganas de hablar o no, simplemente estarán para que puedas sentirlos..
Te dejo mi cariño que es mucho y todo mi deseo de que las cosas cambien de color..
No cambies, eres una persona genial...

Juancho dijo...

Buf, es que a veces es tan difícil... en especial cuando estas dejando de fumar. :P

Gracias por los ánimos. :)

Un beso, Cálida Sirena.