lunes, 9 de junio de 2008

La Tinta, el Tintero y... el Lápiz

No acabo de encontrarle el sentido, y cuando eso sucede me suelo agobiar, demasiado en esta ocasión. Supongo que esta sensación se desvanecerá por si misma, pero le estoy dando vueltas a la cabeza y no consigo que se marche. Lo mejor de todo es que no tengo ni idea de por qué me he levantado así.

A lo mejor es porque es lunes, a lo mejor porque se me han cruzado los cables, me he levantado con el pie izquierdo o tal vez porque ayer me dijeron que alguien bebió de tu cuerpo. Intentaré no pensar en nada, pero creo que me es imposible, es mi defecto. Del mismo modo que imagino, del mismo modo que sueño... tengo que pensar, en cada una de las consecuencias, en cada uno de los caminos, en cada una de las respuestas. Para luego tirar por la calle del medio, ver para creer señores, el espectáculo más bizarro justo al otro lado de la calle.

El único ser que es capaz de pensar todas - o casi todas - las implicaciones y luego, incapaz de mover un dedo. Bueno, al menos siempre intento sonreír, que no es poco. ¿Alguna vez has notado que el suelo desaparece bajo tus pies? El vacío toma el control, ¿verdad? Aunque una milésima de segundo después tu pie se pose en el suelo, has notado que lo perdías todo, y entonces te das cuenta de lo tremendamente tonto que has sido al creer que ibas a darte de bruces contra el suelo.

Creo que ahora me encuentro en la primera fase, cuando notas que todo lo que te rodea es un tremendo agujero y te enfrentas a la inevitable caída. Maldita imaginación, con gusto la cambiaba para ser un palurdo más, un magnífico autómata último modelo, sin ninguna preocupación extra, únicamente las de serie, oferta tentadora que no puede dejar pasar. Me gustaría esconder mi corazón debajo de las piedras, para así no tener que compartir contigo el mismo sol ni la misma luna. Para que puedas pegarle patadas cuando estés frustrada o mejor aún, tirarlo al contenedor de reciclaje. A lo mejor puedan convertirlo en un objeto de utilidad: un pisapapeles, por poner un ejemplo, ¿a quién le importa? Elige uno realmente ridículo, que me lo llevo puesto.

Esta es la sin razón por la que no puedo parar de soñar, resulta bastante extraño que sea el inicio y el fin de casi todos mis problemas. Como engancharte a una droga, inconscientemente piensas que a ti no puede afectarte. Más tarde, cuando el daño es irremediable y tu voluntad ha cedido, te es imposible dejarlo. Curioso, ¿no? Pero tal vez, el combustible para esta pesadilla diaria sean mis ganas de volver a perderme, de desaparecer, de olvidarme de todo y de todos, de ocultarme debajo de tu falda a esperar la puesta de sol, de que todo vuelva a empezar.

Me gustaría apartarme del camino, pero no puedo... o mejor dicho, no quiero, es más, y me gustaría que me guardases el secreto: Estoy decidido a ver qué se esconde al final.

3 comentarios:

Carlitos Satan dijo...

Oye, pues si encuentras donde vendan automatas ultimo modelo (mágnificos, eso si) encargame a mi cuarto kilo de nuno, que como tu también estoy necesitado.

Anónimo dijo...

No escondas ese corazón muy lejos, nunca sabes cuándo volverá a hacerte falta.

Muy triste esta entrada. Sí.


MO.

Juancho dijo...

Carlitos Satan, en cuanto encuentre alguna oferta estilo 2x1, te daré un toque y los compramos a medias. :P

Un abrazo.

MO, un poco triste cierto, pero te aseguro que mi corazón esta preparado para todo lo que se le venga encima... ;D

Un beso.